El sistema linfático cumple una doble función: depuración (elimina del organismo las toxinas y sustancias de deshecho) y protección (modula la respuesta del sistema inmunitario frente a sustancias extrañas que puedan llegar al interior del organismo).
La primera de estas funciones implica evitar la acumulación de líquidos y la absorción de la grasa y las vitaminas solubles desde el aparto digestivo para transportarlas mediante el sistema circulatorio, del que forma parte.
Por ello el drenaje linfático es un tipo de masaje, suave y ligero, que se aplica sobre el sistema circulatorio y cuyo objetivo es movilizar los líquidos del organismo para favorecer la eliminación de las sustancias de deshecho que se acumulan en el líquido que ocupa el espacio entre las células. De ahí que una de las principales aplicaciones del drenaje linfático sea en la retención de líquidos, aunque en la medicina estética también se utiliza en el tratamiento de la celulitis, los problemas de circulación, las piernas cansadas, los procesos de cicatrización, el acné, los edemas, etc.
Los beneficios del drenaje linfático en todos estos campos se deben a que:
- Ayuda a reabsorber los líquidos.
- Tiene una acción sedante sobre el dolor.
- Reduce la inflamación.
- Contribuye a mejorar las defensas del organismo.
- Produce un efecto de relajación debido a los movimientos que se realizan durante el tratamiento, por lo que se recomienda para situaciones de estrés
El drenaje linfático es un buen tratamiento para la piel, ya que favorece la circulación de la sangre ayudando a que no se formen bolsas y arrugas. Dependiendo del objetivo final de la terapia y del grado de incidencia de la problemática del paciente (por ejemplo, no es lo mismo cada tipo de celulitis), el tratamiento de drenaje linfático deberá ser más intenso y duradero. En este sentido, lo ideal es, como mínimo, someterse a diez sesiones, aunque el número puede aumentar para pacientes que lo necesiten; en muchos casos, será a partir de la sexta sesión cuando se empiecen a ver los resultados.
Otra de las aplicaciones más importantes del drenaje linfático se centra en los procesos postoperatorios de intervenciones de cirugía estética, ya que contribuye a acelerar la curación de los tejidos, evita que se produzcan edemas, reduce la inflamación y el dolor y aumenta la calidad de la cicatriz.
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